La adaptación local de los girasoles
Dondequiera que miremos, encontramos plantas que parecen encajar perfectamente en su entorno. Esto se debe a un proceso conocido como adaptación local. Algunas especies de plantas se encuentran en muchos ambientes diferentes, por lo que diferentes individuos de la misma especie desarrollan características para adaptarse mejor a ellos dentro de su ambiente. Los grupos de estos individuos con características especiales se denominan ecotipos.
A veces, el entorno puede cambiar drásticamente en distancias cortas y podemos encontrar muchos ecotipos diferentes de la misma especie de plantas viviendo en las proximidades. Sorprendentemente, aunque estos ecotipos probablemente se cruzan, logran mantener sus diferencias.
¿Cómo es esto posible?
En un gran esfuerzo de colaboración, un equipo de investigación internacional buscó responder esta pregunta utilizando algunas de las especies de plantas más prolíficas e ingeniosas de todas: los girasoles.
Los investigadores recolectaron muestras de 151 poblaciones diferentes de girasoles en América del Norte. Estos representaron tres especies diferentes, cada una con múltiples ecotipos. Luego, secuenciaron los genomas de más de 1.500 girasoles individuales de estas 151 poblaciones para descubrir los misterios genéticos que subyacen a la diferenciación ecotípica en los girasoles.
Uno de los rasgos específicos que varía entre los ecotipos de girasol que investigaron fue el tiempo de floración. Algunos ecotipos florecen temprano para evitar el calor del verano, mientras que otros florecen más tarde porque viven en condiciones más frescas.
El consorcio llevó a cabo un estudio de asociación de todo el genoma para averiguar dónde se encuentran en el genoma del girasol los genes que controlan el tiempo de floración, junto con los genes que controlan otros 90 rasgos.
¿Qué descubrieron?
Los investigadores descubrieron que los genes que controlan la floración en el ecotipo de floración temprana estaban completamente ausentes del ecotipo de floración tardía. Y, en general, cada ecotipo de girasol tenía regiones únicas del genoma que no se recombinaban y que contenían genes que contribuían a la adaptación local.
Estos «haplotipos masivos» no se intercambian durante el mestizaje porque simplemente no existen en los otros ecotipos. Esto explica por qué los ecotipos de girasol pueden coexistir en las proximidades, pero también plantea más preguntas sobre cómo podrían desarrollarse las nuevas especies de la familia de los girasoles.
Fuente massivesci.com