Investigadores japoneses han demostrado que un tipo de babosas marinas puede autodecapitarse y regenerar sus cuerpos, un descubrimiento que podría tener ramificaciones para la medicina regenerativa.
Se cree que el mecanismo es un método extremo para que el organismo se deshaga de los parásitos, escribieron los investigadores Sayaka Mitoh y Yoichi Yusa en un estudio publicado en Current Biology el 8 de marzo. Las babosas verdes tienen células de algas en la piel, por lo que pueden alimentarse de la luz como una planta hasta que desarrollan un nuevo cuerpo, lo que tarda unos 20 días.
Mitoh, investigadora de doctorado en la Universidad de Mujeres de Nara, notó un día que una babosa marina, conocida como Sacoglossa, había desprendido espontáneamente la cabeza de su cuerpo.
«Me sorprendió y pensé que iba a morir, pero siguió moviéndose y comiendo con bastante energía», dijo Mitoh. «Lo mantuve vigilado por un tiempo, y regeneró su corazón y su cuerpo».
Eso provocó un estudio que mostraba que cinco de las 15 babosas criadas en laboratorio y una de la naturaleza partieron su cuerpo desde un punto particular del cuello durante sus vidas. Uno lo hizo dos veces. Cada vez, el corazón del animal se quedó atrás en el cuerpo, que continuó viviendo durante algún tiempo, pero no volvió a crecer una cabeza. «Una de las cosas asombrosas de las células madre es que pueden usarse para regenerar un corazón y un cuerpo desde el borde de la cabeza del animal», dijo Mitoh. «Con más estudios, es posible que podamos aplicar estos hallazgos a la medicina regenerativa, pero esa es todavía una esperanza lejana en esta etapa».
Se sabe que otros animales se separan intencionalmente y vuelven a crecer partes del cuerpo, un mecanismo conocido como autotomía, pero esta forma extrema era desconocida anteriormente, dijeron los investigadores.
Inicialmente pensaron que podría ser un método para escapar de los depredadores, pero ahora creen que se hace para deshacerse de los parásitos que inhiben la reproducción.
Fuente: www.globaltimes.cn