Hew Morrison, un artista forense nacido en Inverness, Escocia, y residente en Tailandia, ha dedicado su carrera a un trabajo único y conmovedor: dar vida a los muertos, otorgar rostros a quienes han permanecido en el anonimato durante siglos.
Su talento es una mezcla de ciencia y creatividad, y su objetivo es llevarnos más cerca de nuestros antepasados y aquellos que han perdido su identidad en la bruma del tiempo.
En un mundo donde la tecnología digital es la herramienta principal, Hew Morrison utiliza su laptop como su lienzo. Colabora estrechamente con la policía y detectives privados para reconstruir los rostros de aquellos que yacen sin nombre en la morgue.
Pero su destreza no se limita a los casos contemporáneos. Los arqueólogos también recurren a él para dar vida a figuras que habitaron la Tierra hace siglos o milenios. Es un trabajo meticuloso que exige una búsqueda implacable de detalles.
Para sus proyectos históricos, Hew Morrison se sumerge en un vasto océano de recursos. Consulta tomografías computarizadas, fotografías de esqueletos y cráneos, así como obras de arte, tapices, esculturas e incluso cuentos antiguos.
Su objetivo es crear retratos precisos y conmovedores que transmitan la esencia de estas figuras históricas. Cuando se dispone de análisis de ADN antiguo, su habilidad es aún más impresionante: puede determinar el color de cabello y ojos que estas personas habrían tenido en vida.
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Los cimientos de la habilidad de Hew Morrison se construyeron en el Edinburgh College of Art, donde perfeccionó sus habilidades en dibujo y arte digital. Más tarde, durante su maestría en arte forense en la Universidad de Dundee, comenzó a aplicar su talento a la resurrección de los rostros olvidados por la historia.
Uno de sus primeros proyectos notables fue la reconstrucción facial de residentes de la Edad Media tardía en Edimburgo, basándose en cuerpos encontrados en antiguos lugares de enterramiento.
Uno de los logros más recientes de Morrison es la impresionante recreación de la primera momia embarazada encontrada en Egipto, realizada en 2022. También ha capturado la atención mediática con su vívida representación de la «Chica de Trumpington», una adolescente del siglo VII d.C. cuyo cuerpo fue desenterrado en Inglaterra en 2012.
El análisis de isótopos reveló un intrigante cambio en su dieta, sugiriendo un movimiento desde Europa continental, posiblemente Alemania, a Inglaterra. Sin embargo, sin acceso al ADN antiguo, Hew Morrison basó sus suposiciones sobre el color de los ojos en su propia interpretación.
El proceso creativo de Morrison se basa en la minuciosidad y la concentración absoluta. Durante la creación de un rostro, ya sea para un caso forense o histórico, se sumerge por completo en la tarea, evitando distracciones externas.
Esto garantiza que cada detalle sea tratado con el respeto y la precisión que merece, permitiendo que la persona resucite, al menos en la forma de un retrato.
Hew Morrison es un artista único que, a través de su obra, no solo devuelve rostros a los desconocidos, sino que también nos conecta con nuestro pasado de una manera profundamente conmovedora.
Fuente: smithsonianmag.com