Los resultados obtenidos en la determinación química de las estructuras moleculares a los principios alucinógenos de las plantas sagradas han sido notables.
Plantas y sus alucinógenos
Casi todos los alucinógenos obtenidos de las plantas contienen nitrógeno y pertenecen, por tanto, a una clase de compuestos químicos llamados “alcaloides”. Los químicos utilizan el término alcaloide para los productos metabólicos nitrogenados de las plantas que tienen propiedades alcalinas, es decir, “del tipo de los álcalis” (alcaloides).
Entre las plantas más importantes que tienen propiedades psicoactivas tanto el cáñamo (Cannabis) como la hierba de la pastora (Salvia divinorum) son las especies más importantes porque sus principios activos no contienen nitrógeno; los principios activos más importantes de estas dos plantas son el tetrahidrocannabinol (THC) y la salvinorina A, respectivamente.
La estructura química de los principales alucinógenos de las plantas está estrechamente relacionada con la estructura química de las hormonas que existen en el cerebro, esto es, agentes fisiológicos que cumplen un papel muy importante en la bioquímica de las funciones mentales.
Hay otra planta sagrada mexicana, el ololiuqui (maravilla), cuyos principios alucinógenos se derivan de la triptamina, que en este caso se halla incorporada a una compleja estructura cíclica llamada ergolina. Los constituyentes activos principales del ololiuqui son el ácido lisérgico y la hidroxietilamida.
Peyote: Mescalina
El principio activo del peyote es el alcaloide llamado “mescalina”, un compuesto íntimamente relacionado con la noradrenalina (norepinefrina), que es una hormona cerebral. La noradrenalina pertenece a un grupo de agentes fisiológicos conocidos como neurotransmisores, ya que actúan en la transmisión química de los impulsos entre neuronas. La mescalina y la norepinefrina tienen la misma estructura química básica. Ambas se derivan de una sustancia química llamada feniletilamina. Otro derivado de la feniletilamina es la fenilalanina, un aminoácido esencial que se halla extensamente distribuido en el organismo humano.
Los modelos de las moléculas de mescalina y noradrenalina, muestran claramente la estrecha relación que existe entre las estructuras químicas de estos dos agentes.
Hongos alucinógenos
La psilocibina y la psilocina, los principios activos del teonanácatl, el hongo alucinógeno mexicano, derivan del mismo compuesto básico (triptamina) que la serotonina, que es una hormona cerebral. La triptamina también es compuesto básico de uno de los aminoácidos esenciales: el triptófano.
Alucinógenos y hormonas cerebrales
No es un hecho casual que los alucinógenos más importantes de las plantas y las hormonas cerebrales, serotonina y noradrenalina, tengan la misma estructura básica. Esta asombrosa relación puede ayudar a explicar la potencia psicotrópica de estos alucinógenos. Como tienen la misma estructura básica, estos alucinógenos pueden actuar en los mismos sitios del sistema nervioso que las ya mencionadas hormonas cerebrales, como si fueran llaves semejantes que abran un mismo candado.
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El resultado es que las funciones psicofisiológicas asociadas a estas zonas del cerebro se vean alteradas, suprimidas, estimuladas o modificadas de una u otra manera.
Cambios en funciones cerebrales
La capacidad que tienen los alucinógenos de producir cambios en las funciones cerebrales se debe no sólo a su composición química peculiar, sino también al arreglo espacial que tienen los átomos en las moléculas correspondientes.
Esto puede verse muy claramente en la molécula del alucinógeno más poderoso que se conoce hoy: la dietilamida del ácido lisérgico. Se puede considerar que el LSD es una modificación química del principio activo del ololiuqui. La única diferencia entre la dietilamida del ácido lisérgico, que es una droga semisintética, y el alucinógeno natural del ololiuqui, la amida del ácido lisérgico, es que dos átomos de hidrógeno de la amida han sido reemplazados en la dietilamida por dos grupos de etilo.
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Una dosis de tan sólo 0.05 mg de LSD producirá una intoxicación profundamente alucinógena que durará varias horas. Una dosis 10 veces mayor de ISO-LSD, que difiere del LSD sólo en el arreglo espacial de sus átomos, no tendrá ningún efecto.
La configuración espacial, aparte de la composición química, cumple un papel crucial en la determinación de las actividades tanto alucinógenas como farmacológicas en general.
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Bibliografía
Evans, R., Hofmann, A. y Rälsch, C. (2000). Plantas de los dioses: las fuerzas mágicas de las plantas alucinógenas. Fondo de Cultura Económica.